Bienvenidos y bienvenidas

Gracias por visitar este espacio que hacemos nuestro para conocer, pensar y dialogar sobre temas de diversidad sexual

miércoles, 12 de octubre de 2011

1er Encuentro de Reflexiones Queer


El próximo 26 y 27 de octubre en la Facultad de Psicología de la UAQ se llevará a cabo el Primer Encuentro de Reflexiones Queer dónde se abordarán temáticas sobre diversidad sexual.
Cabe señalar que este encuentro será posible gracias al Grupo Queer que es conformado por estudiantes de la UAQ (Licenciatura, Maestría), el Colectivo RED, y demás personas que han unido esfuerzos para presentar un evento de calidad al alcance de todas y todos.
Mi ponencias será el miércoles 26 de octubre y se titulará: Uniqueersidad: Poder sobre cuerpos disidentes.

Recuerden asistir y pasar la voz...

jueves, 22 de septiembre de 2011

Amenaza con sacar del clóset a diputados

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El representante del Grupo Ayuda Mutua y Asesoría (GAMA), Oscar Medina Montelongo amagó con desenmascarar a diputados del actual Congreso de Tamaulipas con tendencias homosexuales “o que aún no salen del closet” en caso de que no atiendan su propuesta de aprobar una ley de convivencia que permita los matrimonios entre personas del mismo sexo.

“Yo quiero que nos atiendan porque si no lo hacen yo voy a desenmascarar a dos o tres. Sí los hay que no salen del closet. Tapaditos con la colita alegre, que acá son muy machitos, pero nos tienen que atender, aunque esta no es una amenaza”, advirtió.

Medina Montelongo pidió a los legisladores con tendencias homosexuales “ponerse en nuestros zapatos” porque de lo contrario el movimiento gay estará ahí hacer cumplir las demandas.

“Los invito a salir… es una vida muy bonita, es una vida sin compromisos, de no echar mentiras y estar bien con uno mismo”, puntualizó.

Lo que Oscar Medina dijo desconocer si en el Congreso de Tamaulipas hay diputadas afines al movimiento lésbico-gay, sin embargo sí admitió tener conocimiento de que algunas tienen “hermanos y hermanas” o algún otro familiar con esas tendencias.

“En el servicio público y en la política se ve de todo. Esto ya no es de otro mundo, esto ya lo estamos viviendo y es real”, agregó, y adelantó que será en los primero días del mes de octubre cuando una comisión del grupo GAMA se presente a la sede del Congreso de Tamaulipas para hacer la entrega oficial de la solicitud de propuesta de la ley de convivencia.

“Vamos a pedir la aprobación de la ley, estamos en un Estado moderno, en una época moderna y creo que es justo que nuestros diputados pongan atención y la lleven al Pleno”.

Subrayó que la propuesta la harán directamente a la presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Tamaulipas Guadalupe Flores Valdez.

“Yo ya he ido a ver a Lupita y nos trata muy bien, mis respetos para la señora diputada y creo que sí habrá algo positivo en la reunión que tengamos”, indicó.

Dijo que en la actualidad la sociedad ya abrió los ojos en el tema del movimiento gay debido a que se consideran gente culta, con preparación y sin hacer daño a las personas.

Medina Montelongo dijo confiar en la actual legislatura de Tamaulipas e hizo énfasis en que la aprobación de una ley de convivencia dará certeza jurídica y social a las personas del mismo sexo que viven juntas.

“A eso vamos, para contar con derechos plenos, y así como los tendremos también habrá obligaciones. Nuestros diputados están arriba porque votamos y ahora los votantes queremos que nos apoye”, finalizó el representante del grupo GAMA.
Fuente: Gaceta.mx

domingo, 18 de septiembre de 2011

DISCRIMINACION ESCOLAR POR PREFERENCIAS SEXUALES

C.P. José Joel Contreras Moreno
Docente de la Facultad de Bellas Artes , UAQ

Podemos comenzar por entender qué es la discriminación,  y la discriminación viene a ser el acto de separar o formar grupos de personas a partir de criterios determinados, pero en su sentido más amplio, la discriminación es una manera de ordenar y clasificar, esto se puede referir a cualquier ámbito y se puede utilizar cualquier criterio.
Si hablamos de seres humanos se puede discriminar por edad, raza, nivel de estudios, color de ojos, riqueza, etc.,  pero cualesquiera que sea el criterio utilizado, en la discriminación se hace una distinción o segregación atentatoria contra la igualdad de oportunidades, es decir, se refiere a una violación de derechos para los individuos por cualquier causa, aunque hay algunos pensadores que piensan en la división de la discriminación en positiva y negativa.
Con todo esto, existen grupos minoritarios que no están incorporados a la sociedad, estos grupos son discriminados y se encuentran en una situación de desventaja y desigualdad con el resto de la sociedad, lo que se ve reflejado en su forma de vida, en su economía, etc., el mejor ejemplo de esta discriminación lo encontramos en la raza negra casi en todos los países de raza blanca, y vemos que a través de la historia esta comunidad ha sido sometida a una brutal discriminación y a una represión violenta por parte de la sociedad y los gobiernos de las mismas.
El caso que hoy nos ocupa es también de un grupo minoritario que se ve discriminado en casi todas partes,  y en especial en las escuelas, me refiero al grupo LGBT, este grupo ha estado luchando contra la HOMOFOBIA desde mucho tiempo atrás, y aunque a veces parece que va ganando terreno contra la intolerancia a nivel social, es una situación muy engañosa, porque a nivel local la situación es muy difícil, tal parece que no ha sido superado el miedo al homosexualismo o al lesbianismo, porque en comunidades compactas aún se dá este tipo de discriminación.
Lo primero que hay que saber para adentrarnos un poco en este tema es como se desarrolla el género como forma de personalidad, este género se da desde que la persona establece vínculos con los agentes de socialización, las fuentes de interiorización del estereotipo de género son los diferentes espacios donde la persona se desenvuelve durante su niñez, su adolescencia y su juventud, donde las normas de conducta y la formación de actitudes van a contribuir para que el sujeto construya su propia identidad psicológica, y por lo tanto, de género.
Ahora bien, la identidad de género y la identidad sexual  generan situaciones críticas en la niñez, que se van recrudeciendo en la adolescencia que es donde su definición se sujeta a reforzamientos que dependen de la cultura social donde se encuentre el sujeto, dentro de todos los elementos que conforman esta construcción del yo, uno de los espacios más influyentes es la escuela, porque es el espacio de socialización donde se desarrolla la personalidad, esto quiere decir que la escuela es el escenario donde el niño y la niña tienen su primer contacto con la autonomía, la que puede retrasarse por la influencia de los padres y de los profesores, inclusive puede desviarse por esas mismas influencias, en la escuela es donde los niños y las niñas refuerzan las conductas socialmente aceptadas en su cultura.
Aquí en México como en muchos países, aún prevalece una cultura machista, la que promueve la desigualdad entre hombres y mujeres, por lo que los refuerzos sociales son muy influidos por esta forma de pensar, esto hace que se formen grupos de hombres que compiten con los grupos de mujeres, aún cuando muchas organizaciones están peleando porque se produzca un cambio en la forma de percibir los diferentes roles de la mujer en la sociedad, y aún cuando se ha cuestionado seriamente el rol del hombre, sigue existiendo desigualdad de género en la escuela.
De este camino pasamos a la discriminación escolar de manera general, y tenemos las siguientes formas (tomadas del artículo “Discriminación por género en la escuela” de David Tarazona):
a.      DIFERENCIAS FÍSICAS:
·         Burlas e insultos a aquellos alumnos que presentan características físicas relevantes (gordura, delgadez, cojera, entre otros).
·         Burlas y exclusiones a alumnos y alumnas que presentan rasgos raciales minoritarios.
·         Abuso en contra de alumnos menores.
a.      DIFERENCIAS PSICOLÓGICAS:
·         Burlas y agresiones a los alumnos tímidos, opacados.
·         Burlas y agresiones a los alumnos que no manejan símbolos y códigos de la cultura escolar, los llamados "monses".
a.      DIFERENCIAS BASADAS EN EL GÉNERO:
·         Burlas y abusos en contra de las mujeres.
·         Burlas, abusos y agresiones en contra de los alumnos y alumnas señalados como "maricones" y "machonas".
a.      DIFERENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIOCULTURALES:
·         Exclusión y burlas en contra de alumnos pobres.
·         Burlas contra alumnos con rasgos culturales de la sierra.
·         Burlas contra los alumnos cumplidos, los llamados "chancones".
La discriminación por género o preferencias sexuales tiene gran influencia en la vida posterior de las personas, considerando que la escuela es un espacio de entrenamiento social en donde se adquieren la mayoría de los comportamientos sociales y las disposiciones psicológicas ulteriores del individuo,  de aquí que la marginación se convierte en auto-marginación o sentimiento de exclusión de los sujetos que se sienten diferentes en la sociedad, porque sienten que no encajan en los estándares de comportamiento “socialmente aceptado”, únicamente por tener una preferencia sexual distinta a la aceptada.
Desgraciadamente en nuestra sociedad, aún se sigue discriminando por preferencias sexuales que no son de las aceptadas moralmente por nuestra sociedad, así tenemos que las comunidades lésbicas y homos son víctimas de discriminación, y esto se da en casi todos los ámbitos, baste recordar la película “Filadelfia”, interpretada por Tom Hanks, donde se hace alusión a la discriminación de un homosexual en su centro de trabajo, así mismo esta discriminación se viene dando en el barrio, en la familia, en la escuela.
En lo personal, no entiendo esta discriminación, puesto que cada quien es libre de tener la preferencia sexual que desee, es su propia desición, es su libre albedrío, y la discriminación escolar por causa de las preferencias sexuales se me antoja un tanto retrógrada y falta de tolerancia y madurez, nos han llenado la cabeza de que el hombre tiene que amar a una mujer, y que una mujer a un hombre, lo que no sea así, es contranatura, y todo lo que es contra natura es antinatural y por lo tanto inaceptable.
Cuando era yo estudiante de bachillerato salió en el cine una película llamada “Angel”, que trataba el tema del homosexualismo abierto, lo que en aquellos años generó una serie de comentarios detractores a la cinta, muchos de estos comentarios fueron vertidos por nuestros maestros, pero lo que más me preocupo fue la actitud tomada hacia los homosexuales estudiantes, los condenaron al ostracismo, y varios de nuestros maestros nos ordenaron que no les dirigiéramos la palabra, porque atentaban contra la moral y las buenas costumbres. Esto sucedió por el año de 1983.
¿Cuál fue la razón de esa reacción?, la intolerancia a lo diferente, el estar en nuestra zona de confort, de tranquilidad, cuando algo diferente a estas zonas sucede, nos cuestiona nuestra forma de vida, nos pone a pensar qué es lo que está pasando con la sociedad, ¿Acaso se está pervirtiendo?, pues no, simplemente que nos cuesta trabajo aceptar opciones y pensamientos diferentes a los nuestros, a lo que durante muchos años hemos pensado que esta bien.
Casos de discriminación escolar por preferencias sexuales se dan en todo el mundo, quizá porque no estamos preparados para cambiar nuestros conceptos (implantados en nuestro ser desde siempre), dicha discriminación se da entre homosexuales y entre lesbianas, porque nunca nos han enseñado la tolerancia a lo distinto, a lo que no es como lo conceptualizamos, y esto nos genera ansiedad, malestar, duda sobre nosotros mismos, miedo a que se generalice dicho comportamiento o dichas preferencias y se rompa el orden establecido.
Pero así como la discriminación escolar se da entre el alumnado, también se da entre los maestros, y la mayoría de las veces quien promueve esta discriminación es el maestro, al representar la figura de autoridad dentro de su salón de clases, los demás alumnos siguen su ejemplo como si fuera un padre, y el maestro casi nunca se da cuenta de esta responsabilidad, porque fácilmente se la quita diciendo: “Hagan lo que ustedes crean conveniente, yo haré lo propio”, pero generalmente los alumnos le siguen.
El mal trato que se le da a los homosexuales y a las lesbianas dentro de las escuelas debe ser condenable, porque aún cuando sus preferencias sexuales son diferentes a las del grueso de los alumnos, siguen siendo seres humanos y como tales deben ser considerados, por lo tanto, se le debe respeto y comprensión como a todos los demás, ya que ellos también tienen los mismos derechos que todos.


Ponencia tomada de la mesa de debate: "Discriminación por preferencia sexual" dentro de las Jornadas de debate: "La construcción del pensamiento cultural y educativo sobre el tema de la diversidad sexual contra la discriminación"

jueves, 15 de septiembre de 2011

CUDS


Esta es la página de la Coordinadora Universitaria por la Disidencia Sexual con base en Chile.
Vale la pena echarle un vistazo a lo que esa organización chilena ofrece, y el apoyo que brinda a la comunidad LGBTTTI de ese país, pero que también puede tener resonancia a nivel latinoamericano, y por qué no, a nivel mundial... Todo depende de nosotros y la difusión que le demos a estos espacios que nos permiten ser y expresarnos.

http://www.disidenciasexual.cl/cuds/

miércoles, 14 de septiembre de 2011

AMFESSS

No olviden visitar la página de la Asociación Mexicana para el fomento de la educación para la salud, sexualidad y SIDA.

http://redorgullo.org/index.html

lunes, 12 de septiembre de 2011

EL MARCO TEÓRICO DE LA DISCRIMINACIÓN: REPRESIÓN, PATOLOGIZACIÓN Y ENCUBRIMIENTO DE LA HOMOSEXUALIDAD

Mtro. Raúl Ruiz Canizales
UAQ, Facultad de Derecho

I. Contexto

La homofobia –el miedo y rechazo a la homosexualidad– surgió con la idea misma del sujeto homosexual: cuando la sociedad lo concibió como un tipo de persona distinto a los “normales”, y lo intentó reprimir y controlar.

Marina Castañeda, La experiencia homosexual. Para comprender la homosexualidad desde dentro y desde fuera, Paidós, México 1999, p. 24:

“Varios autores, entre ellos Michel Foucault en su Historia de la sexualidad, han planteado que la identidad homosexual es de aparición reciente. Antes del siglo XIX existían actos homosexuales –más o menos tolerados en diferentes sociedades–, pero no personas homosexuales. Quienes practicaban actos homosexuales no se veían a sí mismos como seres aparte, ni tampoco la sociedad los veía así; a nadie se le ocurría plantear la existencia de una identidad fundamentalmente diferente. Esto cambió en la era moderna, cuando los Estados penalizaron la homosexualidad y los médicos la patologizaron. Apareció por primera vez la figura del homosexual, cuya identidad esencial se define por su comportamiento sexual.”

La fobia a la homosexualidad ha recorrido un largo camino en nuestras sociedades. Las formas en que se ha manifestado han cambiado con el tiempo, adaptándose a cada derrota jurídica y cultural pero, desafortunadamente, han logrado persistir aún en muchos espacios.

Sin embargo, la fuerza o virulencia con la que las autoridades y el derecho han reflejado, perpetuado y avalado la homofobia es consistentemente más débil en la medida en la que la ciencia exhibe que los supuestos que le sostienen son prejuicios infundados; en la medida en la que la sociedad se reconoce y se acepta como un agregado plural y no un cuerpo homogéneo, y conforme los derechos fundamentales proscriben su permanencia en el espacio público y en el orden jurídico.

Las formas en las que se ha perpetuado la homofobia se pueden clasificar en tres grandes rubros:

a)      La represión penal,
b)      La patologización médica; y
c)      El encubrimiento jurídico.

Las dos primeras surgieron en el siglo XIX y caducaron al cerrar el siglo XX. Sin embargo, la tercera forma no ha desaparecido aún: el encubrimiento es el arma que se utiliza para reprimir y controlar —jurídicamente— aún hoy a quienes son etiquetados como homosexuales.

Se trata, pues, de la invisibilidad del derecho,  de la invisibilidad de un fenómeno social y de una opción de vida legítima y tutelada por la Constitución: la preferencia por parejas del mismo sexo.

II. La represión penal

2. 1. La represión penal de la homosexualidad en los siglos XIX y XX

La forma más violenta por la que el derecho llegó a consagrar la homofobia fue mediante la vía penal.

Conductas sexuales no avaladas por la moral obligada y proscritas por las doctrinas religiosas dominantes fueron tipificadas como delitos, con el propósito de escarmentar a sus practicantes.

En la Europa Victoriana, por ejemplo, el derecho se utilizó como herramienta para frenar el cambio social y en este sentido en Gran Bretaña, en el año de 1885, se crearon tipos penales para la homosexualidad y para la indecencia.

Este fue el contexto en el que se presentó, por ejemplo, el caso emblemático de la persecución penal de Oscar Wilde y su eventual exilio, condena a la pobreza y temprana muerte. Wilde fue procesado en 1895 por el delito de indecencia. La indecencia del poeta consistió en haber escrito una carta afectuosa dirigida a otro hombre.

Lo que interesa del caso es que ilustra la existencia de figuras jurídicas diseñadas específicamente para imponer una moral determinada, haciendo del derecho una herramienta al servicio de la moral dominante y no de los derechos de las personas. Fue el principio de la igualdad, anclado en los derechos humanos, lo que logró derrumbar el tipo penal de la homosexualidad en Gran Bretaña, a casi 90 años de distancia del proceso seguido contra Oscar Wilde.

Un episodio de la persecución de la homosexualidad menos conocido, pero no por ello menos alarmante se presentó durante el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial. Durante este periodo, los campos de concentración nazis clasificaban a sus prisioneros utilizando un emblema visible en la ropa: los judíos, portaban la famosa insignia amarilla; otros “individuos antisociales” portaban un triángulo negro; y los hombres homosexuales –detenidos y llevados a los campos de concentración por motivo de su homosexualidad– portaban un triángulo rosa invertido.

2. 2. La represión penal de la homosexualidad en México

La represión penal de la homosexualidad no es ajena a nuestra historia nacional. Por citar solo un ejemplo, en la misma época en la que Wilde era condenado a trabajos forzados en prisión, en nuestro país se presentó uno de los episodios más emblemáticos de la represión penal de la homosexualidad de la dictadura porfirista: el famoso caso de los cuarenta y uno.

Al respecto nos recuerda Carlos Monsivais en  La gran redada (en Einkidu, visible en
http://www.enkidumagazine.com/art/2007/200707/e_1007_063_a.htm, consultado el 19 de febrero de 2010.) que

  • En México no está prohibida la homosexualidad porque la legislación penal se ha tomado en lo básico del Código Napoleónico, es decir, un ordenamiento jurídico que surge de la premisa napoleónica de contar con Código no sujeto a nociones de pecado, por ello no menciona el comportamiento específico.

  • En lugar de esto, desde el Código Penal de 1871 se establece en México la consigna exterminadora de la justicia, que dura hasta hoy: el delito es los ataques a la moral y las buenas costumbres, probados sólo por la interpretación de las vaguedades de la ley.
Ahora bien, lo más interesante del caso mexicano es precisamente lo opuesto al caso británico: aquí no se requiere una proscripción explícita de la homosexualidad mediante su tipificación penal: se le interpreta como un “ataque a la moral y las buenas costumbres” y con eso basta para proscribirla y reprimirla penalmente.

En el Porfiriato, la ley no dice que ser homosexual es un delito, pero la autoridad lee en la ley que el homosexual es acreedor de una sanción.

De manera semejante, el Procurador echó mano de la misma libertad interpretativa para proscribir a las parejas homosexuales de la tutela legal que ofrecen el matrimonio y la familia: la Constitución no dice que la familia debe de ser encabezada por una pareja heterosexual y que el matrimonio no  admite a dos personas del mismo sexo, pero el Procurador así lo quiso leer.

La comparación nos permite entender cómo la lectura prejuiciada del texto normativo puede generar efectos discriminatorios con la consecuente afectación a los derechos de las personas.

La penalización de la homosexualidad ha corrido un largo camino, aunque en años recientes vemos cómo, por fortuna, fenece.

En muchos países, la homosexualidad o –más precisamente– los actos homosexuales, son delito.

Todavía en 1986, la Suprema Corte de Estados Unidos estimó constitucional la legislación penal del estado de Georgia que penalizaba a la sodomía y al sexo oral.

A pesar de su larga vida, la represión penal de la homosexualidad ha cedido y hoy está proscrita en casi todas las democracias constitucionales. En Estados Unidos la Suprema Corte revocó en 2003 su propio fallo de 1986 y declaró que la penalización de la sodomía es inconstitucional en el histórico caso Lawrence v. Texas.
  
2. 3. El encubrimiento jurídico de la homosexualidad

Habiendo caído de su cénit –articulado mediante la represión penal– y habiendo perdido la legitimidad necesaria en el terreno científico para la patologización de la homosexualidad, la homofobia altera sus tácticas y pretende ahora el encubrimiento de la homosexualidad.

Es en esta etapa de la homofobia, su nadir, que se ubicó la pretensión del Procurador.

El Procurador pretendió que la Suprema Corte declarara que las familias homoparentales y las parejas homosexuales están proscritas por la Constitución, o por lo menos que la Constitución no las valora ni las protege, inclusive que la Constitución procura su marginación, su abandono en aras de alcanzar el “modelo ideal” de familia.

El intento por marginalizar a la homosexualidad es el camino que la homofobia pretende transitar cuando no ha logrado suprimirla.

2. 4. Conversión, pase y encubrimiento: tres formas de alcanzar un mismo objetivo, marginalizar y reprimir

La teoría constitucional estadounidense, donde la homosexualidad tiene ya un espacio claro entre la doctrina de la nodiscriminación, ha generado las categorías que permiten comprender y analizar el fenómeno de la homofobia en su nadir. El Profesor de la Universidad de Nueva York, Kenji Yoshino, describe los siguientes mecanismos de asimilación de la homosexualidad en un mundo predominantemente heterosexual:

“En los hechos o en la imaginación de los otros, los homosexuales pueden asimilarse de tres formas distintas: la conversión, el pasar o el encubrimiento. La conversión significa que la identidad subyacente sufre una alteración. La conversión ocurre cuando una lesbiana cambia su orientación sexual para tornarse heterosexual. Pasar significa que la identidad subyacente no se altera, pero se esconde. Pasar ocurre cuando una lesbiana se presenta a sí misma ante el mundo como heterosexual. Encubrir significa que la identidad subyacente no es alterada ni escondida, pero sí minimizada. El encubrimiento ocurre cuando una lesbiana es y admite ser lesbiana, pero facilita el que los demás desatiendan su orientación.” (Kenji Yoshino, “Covering”, Yale Law Journal, 2002, vol. p. 772.)
  
Si revisamos las distintas estrategias históricamente desplegadas por la homofobia –la represión penal y la patologización médica– observamos que iban encaminadas a provocar las estrategias de asimilación que describe el Profesor Yoshino: la patologización buscaba “curar”, esto es convertir a las personas homosexuales; la represión penal, más que “curar”, obligaba a las personas homosexuales a vivir su orientación sexual en la clandestinidad, a pasar por heterosexuales en su vida pública y cotidiana.
  
La posición del Procurador, de haber sido adoptada por esta Corte, hubiera eliminado la posibilidad de que las parejas homosexuales utilicen la vía del matrimonio para dar publicidad a su orientación sexual y a sus compromisos afectivos.

En todo caso, el Procurador pretendía que las parejas homosexuales no gocen de la protección Constitucional y legal como familia o como matrimonio, respectivamente.

Estamos ante un ejemplo claro en el que se exige a los homosexuales participar del encubrimiento.


Ponencia dentro de la mesa de debate: La construcción social de la homofobia, en las Jornadas de debate: La construcción del pensamiento cultural y educativo sobre el tema de la diversidad sexual contra la discriminación. UAQ, Facultad de Psicología, Área Social, 2011

jueves, 8 de septiembre de 2011

Sobre la Teoría Queer

Al principio de la década de los noventa, una parte del feminismo lesbiano derivó hacia la Teoría Queer. Esta teoría cuestiona la consideración tradicional de los sexos, los géneros y la sexualidad como algo estable. Esta teoría parte de que la orientación sexual y la identidad sexual o de género son construidas socialmente.
Asimismo, esta teoría critica las clasificaciones propias de la psicología, la filosofía y la sociología que se basaban tradicionalmente en un único criterio de ordenación (la clase social, el sexo, la raza, etc.) y sostiene que las identidades sociales son fruto de la interacción de múltiples criterios.
Judith Butler es una destacada representante de esta corriente, su pensamiento está muy influido por Foucault y los posmodernos. Según Butler, no sólo el género está construido socialmente, también la sexualidad es fruto de mecanismos discursivos y de poder. Butler rechaza que la identidad de género sea el aglutinante principal del movimiento feminista, dado que no puede mantenerse como fundamento de la unidad del movimiento una sola identidad.
Butler critica el uso que se hace de la categoría de género. Tomando como ejemplo las prácticas de las drag queen y del travestismo, construye su propia filosofía del género como representación o parodia. Según ella, el género es un marco normativo que obliga a actuaciones repetidas constantemente, de manera que termina produciendo la apariencia de ser algo natural.
Así pues, el género es constituido por las mismas actuaciones genéricas (actuamos según lo que se considera adecuado con lo femenino o lo masculino), no tiene ningún sentido ni fundamento más allá de las propias actuaciones o representaciones repetidas. Las metáforas teatrales tan usadas para significar el género, como papeles o roles sexuales, adquieren aquí especial importancia: el concepto de representación (performance) indica que el género es pura invención, mero guión que se ensaya, se representa y se repite hasta que nos lo llegamos a creer. Para Butler el drag o disfraz, instrumento para una parodia de géneros y sexos, supone un arma de lucha contra el patriarcado, al contribuir a difuminar las adscripciones tradicionales género-sexo, que deben ser desmanteladas; tal parodia sería un modo de subversión contra las normas genéricas.

Bibliografía:
Butler, J. (2002) Críticamente subversiva. Icaria editorial, Barcelona

martes, 24 de mayo de 2011

La influencia del catolicismo en la sexualidad occidental: una visión histórica

Oliva Solís H.  FCPyS-UAQ

La influencia del cristianismo y en especial del catolicismo en la sexualidad occidental ha sido avasalladora. Desde su aparición hasta prácticamente la primera mitad del siglo XX, su cosmovisión ha sido la dominante, determinando con ello la moral imperante. En esta ocasión, mostraremos a grandes rasgos, la forma en que el discurso de la iglesia católica se convirtió en la moral oficial, imponiendo una visión  negativa en torno al cuerpo, el placer y la sexualidad. Haremos un recorrido en orden cronológico, comenzando con la época clásica de Grecia y Roma para concluir con la moralidad que prevaleció hasta la década de los cincuenta del siglo pasado. Este recorrido nos permitirá ver, por un lado, la forma en que se conformó el discurso dominante así como la forma en que fue perpetuándose.
Partimos de los supuestos teóricos propuestos por Michel Foucault en torno al discurso y la forma en que este define los criterios de inclusión/exclusión, así como los mecanismos de poder a través de los cuales se perpetúa y legitima una práctica.
Michel Foucault, desde la perspectiva de la Nueva Historia (Burke, 2003) y más específicamente de la Historia de las Mentalidades, propone que “el discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse” (Foucault, 2010).  Este discurso, tiene una genealogía, es decir, un origen, el cual es posible conocer a través de una arqueología del saber. Tal arqueología nos permite identificar las huellas a través de las cuales se ha ido construyendo el discurso, así como los discursos subalternos de los cuales se nutre. A su vez, el discurso dominante permite reproducir y legitimar el poder. Para Foucault “el poder no es una institución, ni una estructura. Tampoco es una potencia de la que algunos estarían dotados: es el nombre que se presta a una situación estratégica en una sociedad dada.” (1976: 113).  Por otro lado, dice Foucault, el poder es algo que se ejerce, que está en todas partes y se manifiesta de múltiples formas. El poder es una multiplicidad de relaciones de fuerza, es un juego, un apoyo, es una estrategia. En fin, el poder es un juego de relaciones no igualitarias en donde el dominador impone al dominado una forma de ser, pensar y actuar en el mundo. En este caso, el discurso cristiano católico, que es el discurso dominante, se nutrió de otros discursos, principalmente del judaísmo, incorporando una serie de preceptos propios y de mecanismos de control, vigilancia y castigo que le permitieron reproducirse y legitimarse a través de discursos disciplinares como el de la teología moral, el del derecho y el médico. 
El trabajo está estructurado en tres apartados, a lo largo de los cuales presentaremos los tópicos señalados anteriormente.
La sexualidad en la época clásica
En los Nueve libros de la Historia, Herodoto (1986), el gran viajero de la antigüedad, da cuenta de un sin número de prácticas relacionadas con la sexualidad. La consigna, no obedece al morbo o la delectación, sino a un afán de conocimiento que le permite comparar los usos y las costumbres de los pueblos que son considerados “bárbaros”. Así, da cuenta de cómo las mujeres lidias consiguen su dote a partir de la prostitución, la cual ejercen libremente y, una vez completada su dote, eligen libremente a su marido. Entre los babilonios, las mujeres también practican la prostitución sagrada, ritual previo a todo matrimonio. Los persas, por su parte, son polígamos, solían tomar muchas mujeres como sus esposas, pero además de ellas tenían muchas otras amigas. Señala también, como era costumbre entre los hombres de este pueblo tomar a las mujeres públicamente, cual si fueran brutos.  
La época clásica, que corresponde a la griega y romana, conoció una sexualidad más libre, más natural e incluso divina. Los griegos, constantemente, alaban en sus coloquios la presencia de eros, distinguiendo, como hace Platón, dos tipos de amor: el divino y el profano. El primero, eleva la razón al mundo de las ideas, el segundo, lleva a la sensualidad, a los apetitos concupiscibles, a la contemplación y deleitación frente al cuerpo del otro. Pero no el cuerpo de las mujeres, consideradas inferiores y por tanto sólo el vehículo para la reproducción, sino el de los hombres, desnudos, sudorosos luego de ejercitarse en el gimnasio. El amor entre los hombres, la educación de los paides, la delectación del espíritu, tiene su expresión en la relación sexual, de la cual dan cuenta no sólo las obras literarias o poéticas, sino incluso las filosóficas y el arte.
Los romanos, seguidores fieles de los griegos, preservaron sus costumbres sexuales, aunque les asignaron a las mujeres una condición social de mayor reconocimiento, valorando en las matronas las virtudes como la temperancia, la prudencia, la modestia y la castidad. Lucrecia, se convirtió así en el modelo prototípico de la madre romana que prefiere la muerte al deshonor. Sin embargo, aunque Lucrecia era el ideal, la historia nos ha legado relatos de orgías en donde el sexo, la comida, la bebida y la sangre se conjuntaban para incrementar los placeres del cuerpo.
Sin embargo, los judíos no percibían de la misma manera la sexualidad. El Levítico está plagado de prohibiciones que tienen como eje la sexualidad. En el capítulo XX, dice Dios a su pueblo:
“Si alguno pecare con la mujer de otro o cometiere adulterio… mueran sin remisión (…), el que pecare con su madrastra, deshonrando así a su propio padre, muera juntamente con ella (…), si alguno pecare con su nuera, mueran ambos dos (…), el que pecare con varón como si éste fuere una hembra, los dos hicieron cosa nefanda, mueran sin remisión (…), el que teniendo por mujer a la hija, se casa después con la madre de ella, comete un crimen enorme: sea quemado vivo con ellas (…), el que pecare con una bestia, muera sin remisión (…), la mujer que pecare con una bestia, sea muerta juntamente con la bestia (…), si alguno tuviere trato ilícito con su hermana (…) serán muertos en presencia de su pueblo (…), si alguno se juntare con mujer durante su período menstrual (…) ambos serán exterminados de su pueblo (…), no tendrás que ver con tu tía materna o paterna (…) el que pecare con la mujer de su hermano, quedarán sin hijos (…) y termina diciendo: “no queráis seguir las costumbres de las naciones que yo he de arrojar de delante de vosotros, pues por haber hecho ellas todas estas cosas, yo las abomino” (Biblia, 1988).
El cristianismo adoptó el modelo judáico en torno al sexo y al cuerpo, manteniendo todas estas prescripciones pero, además, añadiendo otras. Pablo de Tarso, es el gran artífice de la regulación sexual. En sus cartas a los diferentes pueblos en donde predicaba, señala algunos preceptos, por ejemplo:
  1. La idea de que el cristiano tiene que diferenciarse del gentil en su conducta, la cual debe buscar la vida de gracia y no el imperio del pecado que es la muerte.
  2. Reconoce que el espíritu está presto, pero que la carne es débil. De esto deduce que la carne es el receptáculo de los apetitos concupiscibles, de manera que hay que reprimir la carne para evitar el pecado y buscar la virtud. “Oh cuan infeliz soy, ¿quién me libertará de este cuerpo de muerte, o mortífera concupiscencia?” (Pablo de Tarso, Epístola a los Romanos, Biblia, 1988: 1272). Luego añade: “porque los que viven según la carne, se saborean con las cosas que son de la carne; cuando los que viven según el espíritu, gustan de las que son del espíritu” (Idem.). Así pues, queda instituida la división entre cuerpo y espíritu, quedando el cuerpo como receptáculo del pecado y el espíritu como centro de vida eterna. Esta división, sería retomada más tarde por San Agustín, quien la vinculó con la filosofía platónica del alma, estableciendo los fundamentos teológicos oficiales del cristianismo.
  3. No tratéis con los deshonestos. Sacad de la comunidad a los pecadores. No permitáis que la levadura echada a perder acede al resto. “No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios?, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avarientos, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los que viven de rapiña, han de poseer el reino de Dios” (San Pablo, Epístola a los Corintios, Biblia, 1988: 1286). El cuerpo no es para la fornicación, sino para la gloria de Dios. Suprimid pues al cuerpo, mortificadlo, anuladlo para vivir en la gracia. Huid de la fornicación. Nosotros somos parte del cuerpo de Cristo y, por tanto, no nos es lícito mancillar este cuerpo que es templo del espíritu. De aquí se derivan nuevas prescripciones: no a la masturbación, no a los tocamientos, no a la sexualidad libre, incluso dentro del matrimonio.
  4. Loable cosa es la virginidad, más, para evitar la fornicación, cásense. Más vale casarse que abrasarse.  Que la mujer tenga marido y el marido mujer. Pague el marido el débito a la mujer y la mujer al hombre, porque la mujer casada no es dueña de su cuerpo, sino que lo es del marido y viceversa. Si la mujer ha quedado viuda, puede volver a casarse, pero mientras viva su marido, debe serle fiel, de lo contrario, es adulterio.
Todas estas prácticas pasaron al cristianismo, sin embargo, sólo comenzaron a institucionalizarse en la Edad Media y, sobre todo, hasta el siglo VIII, cuando la religión cristiana se expandió por toda Europa, difundiendo sus creencias y condenando y persiguiendo las ajenas.
La Edad Media, a decir de Le Goff (2005) es una época de privaciones sexuales para muchos. De entrada, la relación sexual sólo está permitida dentro del matrimonio. La unión conyugal, reconocida por la iglesia católica permite la comunión de los cuerpos con miras a la reproducción de la especie, pero prohíbe el goce y el placer. La relación sexual, está reglamentada, vigilada y castigada por una moral presentada como única, verdadera e inmutable. El discurso cristiano en torno al cuerpo, recuperando las ideas platónicas de la división del alma y el cuerpo, ubican en la materia la cárcel del alma, lo corrupto, lo pérfido, lo repugnante, el origen y vehículo del pecado. Fundados en esta idea, el cuerpo debe ser doblegado, domesticado, civilizado. Así, las instituciones imponen un discurso que tiende a normar pero también a vigilar y castigar a través del sacramento de la confesión.
Bajo este mecanismo, la iglesia puede reorientar la conducta de los hombres. El confesor, ayudado por manuales de confesión, penetra en lo más profundo e íntimo de las personas para explorar sus pensamientos, sus deseos. Así, al pecador se le ofrece la posibilidad de redimirse mediante la palabra. Debe decirlo todo para encontrar el perdón.
Sin embargo, el cuerpo no se rinde tan fácilmente. Pese a los calendarios tan precisos impuestos por la iglesia, las faltas aparecen para dar cauce al deseo y la pasión, ya sea esta sexual o puramente corporal, confundiéndose algunas veces la lujuria con la gula e incluso con la pereza. Así, los hombres de la Edad Media oscilan entre el carnaval y la cuaresma, donde carnaval significa excesos y cuaresma privaciones. Conscientes de esto, los cristianos se preparan para el goce y la inversión, por ello, la iglesia debe estar atenta, vigilante.
El demonio, causa de los pecados, acecha de muchas maneras. De la previsión eclesiástica surgirán regulaciones para el vestido, los movimientos y los gestos corporales, los divertimentos y una vida general que debe conducir a la santidad. Así, se regula el baño y los baños, prohibiéndose a la gente decente que acuda a los baños públicos pues ahí se reúnen hombres y mujeres dispuestos a darle rienda suelta al placer. Se prohíben ciertas comidas, como la carne roja, el vino en exceso y todo aquello que tienda a despertar o incrementar la líbido. Se regula el vestido para que no muestre lo que tiene que estar oculto para no dar ocasión de pecado grave. Los bailes son también condenados, igual que la risa, las miradas intensas, el verse a los ojos y el encontrarse en soledad. La intimidad no existe pues es, precisamente en la intimidad donde el demonio acecha.
“El cristianismo instituido y la sociedad de corte naciente van a “civilizar el cuerpo” mediante la aplicación de las buenas maneras” dice Le Goff (2005:111).
Si bien estas ideas intentaron generalizarse a toda la cristiandad no en todas partes logró imponerse o, simplemente, se le hizo a un lado, haciendo gala de una doble moral y de una capacidad para no ver que atraía, fascinaba y, para algunos, causaba repudio. Venecia, Florencia, Roma, fueron ciudades conocidas por su sensualidad y vida deshonesta. Lutero, en el siglo XVI, queda impactado al ver la ciudad eterna convertida en un gran prostíbulo, en una nueva Babilonia, sucursal de las míticas ciudades de Sodoma y Gomorra.
Igualmente quedaron sorprendidos los españoles al arribar al nuevo mundo. Las prácticas sexuales de los pueblos que habitaban el Caribe causaron en ellos hondas impresiones: homosexuales, trasvestidos, hombres y mujeres desnudos y desinhibidos, libres, sin tabúes ni prohibiciones, todo ello contribuyó a acrecentar la idea de que en estas tierras imperaba el demonio (Herren, 1992). Ante esta evidencia, el celo cristiano hizo su aparición, proporcionándoles argumentos para aniquilar a los pueblos que estaban poseídos por el enemigo. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con los nahuas. En ellos encontraron signos de una civilización y de una evangelización previa al reconocer prácticas como el matrimonio, el bautizo, la confesión y otras maneras honestas de vivir.
La lucha entre el ideal y lo real fue una constante. Las prédicas de frailes y sacerdotes conminaban al pueblo a la abstinencia, a la vida honesta, al recato. Sin embargo, los sectores dominantes, la nobleza y luego la burguesía, se destacaban por su ligereza moral. El Marqués de Sade puede ser un ejemplo de las prácticas sexuales que predominaban en ciertos sectores sociales, señalando que las regulaciones y las prohibiciones eran contra natura. Haciendo eco de estas ideas, el siglo XIX vive en la contradicción: de una lado, el moralismo victoriano y del otro el predominio del sensualismo, el exotismo y la búsqueda de nuevas experiencias que quedaron reflejadas en la literatura, la pintura, la fotografía e incluso el cine. El siglo XIX es el siglo del Kamasutra y de la literatura prohibida, así como de la pornografía gráfica y de la ficción.
La propagación del estilo de vida burgués, capitalista, así como la aparición de propuestas sociales como el socialismo y el anarquismo, o de tendencias filosóficas como el existencialismo o el nihilismo, fue percibido por la iglesia católica como una amenaza. Para reaccionar a ella, se diseñan nuevas estrategias que permitieran volver a la tradición: se aparece la Virgen de Lourdes y la Virgen de Fátima, se instaura el rezo del Rosario y se declara el dogma de la Inmaculada Concepción de María, poniéndose de moda las asociaciones de las hijas de María, conminándose a través de ellas a volver al modelo mariano (Corbin, 2005).
La vuelta a la tradición era imperiosa. El crecimiento del conocimiento científico parecía imparable. A decir de Foucault (2009), el siglo XIX fue la época de la medicalización del discurso sobre la sexualidad. A diferencia de las épocas anteriores, ahora debía hablarse de sexo, incluso, debía obligarse a las personas a hablar de él como si este acto fuera un exorcismo. El discurso médico sobre el sexo se diversificó y tendió a clasificarlo todo
El siglo XX arribó lleno de esperanzas. El progreso, la modernidad, el lujo y el desenfreno eran alicientes para vivir, sin embargo, en este nuevo mundo el discurso cristiano católico parecía estar perdiendo terreno. Los liberales del siglo XIX habían visto en la religión una rémora que impedía el progreso, por tanto, había que limitar su influencia y disminuir su poderío. En México, este intento cristalizó en la Constitución de 1917 y luego se manifestó en la década de los veinte con la Guerra Cristera. Sin embargo, pese a los intentos del Estado por reducir a la Iglesia al ámbito de lo privado, la resistencia popular fue tenaz pues consideraban que su posición era “la posición” que les garantizaría la salvación.
Tal resistencia fue además apuntalada por la jerarquía eclesiástica. Una Teología Pastoral de 1929 señala, como parte de los deberes del sacerdote, la asistencia a los enfermos. Entre ellos, ubica a los que padecen del espíritu y, a su vez, entre estos, los que padecen degeneraciones morales, es decir, tienen malas costumbres y actúan de manera viciosa y escandalosa. En esta categoría quedan comprendidos los adúlteros, amancebados, bígamos, libertinos, briagos, blasfemos y todos aquellos que practican vicios ocultos. Como parte de su deber, el sacerdote debe procurar la cura de almas, para lo cual, debe diseñar una estrategia que le permita modificar la conducta, alejándolo de las ocasiones de pecado y procurándose la ayuda de amigos y familiares para su vigilancia y control, proponiéndose incluso que, si el enfermo no recapacita, pueda ser aislado para evitar el contagio.
En todos los casos, la iglesia católica atribuye el origen de estos males a las influencias de la vida moderna que son focos de infección moral. Entre estos se enumeran los teatros, cines, mala literatura, bailes, casas de juego y, por supuesto, casas de prostitución (Naval, 1929). Como puede verse, una buena parte de los enfermos espirituales están relacionados con la reglamentación de la sexualidad.
Veamos que dice respecto de cada uno de los focos de contagio moral:
  • Diversiones lascivas: cines, teatros, casas de prostitución, etc., en donde se pone en peligro el pudor y reina la obscenidad y la malicia, inficionadas de sensualidad, inmorales y peligrosas.
  • Casas de perversión: casas de juego, cafés cantantes y casas de prostitución.
  • Escuelas anticatólicas
  • Asociaciones perniciosas
  • Mala prensa: pornografía
  • Otros: la moda, los deportes, la relación de ambos sexos, las albercas y todos aquellos espacios en donde se puedan presentar ocasiones de pecado.  (Naval, 1929).  
Como vemos, las amenazas al orden establecido y al discurso oficial eran muchas y se presentaban en muy diversos frentes. La campaña moralizadora de la sociedad, llevada a cabo entre la década de 1940 y 1960, fue el último gran intento por parte de la Iglesia Católica de mantener el orden social cristiano. La campaña, tuvo como eje a la mujer (Solís, 2009), sin embargo, el embate del discurso modernizador y la apertura de nuevos espacios educativos, así como las nuevas prácticas laborales y el acceso a mayor información, contribuyeron a deteriorar un discurso que, pese a todo, se negaba a morir.
Reflexiones finales
El discurso de la iglesia cristiana católica se nutrió fundamentalmente de las ideas del judaísmo expresadas en el Levítico y de Pablo de Tarso, expresadas en sus epístolas. Tal discurso, se construyó en oposición a las prácticas sexuales que privaban entre otros pueblos, ello como un intento para dar identidad y diferenciar a los cristianos del resto de sus congéneres. El resultado de esta conjunción dio como resultado una moral no sólo restrictiva respecto de ciertas prácticas, sino también atemorizante y castrante en tanto que fundaba su observancia en la idea del pecado y el consiguiente castigo. Sin embargo, pese a las prohibiciones, las prácticas de la vida cotidiana nos muestran una doble moral imperante que se acentúa en ciertas épocas en función de la mayor o menor vigilancia.
Siguiendo la propuesta de Foucault, encontramos que la Iglesia católica estableció todo un dispositivo de poder en donde, el discurso presenta con claridad lo prohibido y lo permitido, además de instaurar las prácticas de la vigilancia y el castigo para todos aquellos que se atrevan a transgredir.
El discurso hegemónico se nutrió y cimentó a partir de otros discursos, como el moral, legal e incluso médico y psicológico. Ese discurso se mantuvo vigente hasta la primera mitad del siglo XX. A partir de la década de los sesenta, las condiciones sociales, económicas y educativas, permitieron abrir el discurso a la interpretación y a la transformación.


Ponencia de la mesa de debate: "La influencia del catolicismo en la educación de la sexualidad" dentro de las Jornadas de debate: "La construcción del pensamiento cultural y educativo sobre el tema de la diversidad sexual contra la discriminación.
Facultad de Psicología-Área Social UAQ, abril de 2011

jueves, 19 de mayo de 2011

Chile exige al presidente del país que trabaje contra la LGTBfobia con el apoyo de 5.000 personas

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) ha realizado una carta para exigir al presidente de Chile que trabaje para acabar con la homofobia y transfobia. Más de 5.000 personas han firmado para demostrar su apoyo al documento.
 
 
Recientemente, el acto para celebrar el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia organizado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), obtuvo la participación de más de 6.000 personas.

Tras dicho éxito de asistencia, el Movilh ha realizado un documento para exigir a Sebastián Piñera, presidente del país, que trabaje contra la homofobia y la transfobia.

La organización manifestó en un comunicado depositado en el Palacio de la Moneda que solicitan "a usted que instruya a los ministerios Secretaría General de Gobierno y Secretaría General de la Presidencia a objeto de que apoyen la mantención de la categoría de “género”, lo cual garantizará igualdad de derechos al grupo más desprotegido de nuestra sociedad, el transexual [...] durante un año hemos esperado el pronunciamiento oficial de su persona y del Gobierno sobre cómo avanzarán en las regulaciones de uniones de hecho, tema ausente en su primer mensaje presidencial, pese a haber sido parte importante de su campaña electoral. Esta vez lo animamos a dar una clara señal sobre este tópico, así como a impulsar medidas que garanticen la igualdad y la no discriminación para cada chileno y chilena".

El país, que en los últimos ocho años ha recibido casi un millar de denuncias por homofobia, bifobia y transfobia, ha sido testigo de 14 asesinatos de odio.

Activistas del Movilh manifestaron que "más del 90 por ciento de estos atropellos sólo han encontrado ayuda y/u orientación en el Movilh, pues el Estado les ha cerrado las puertas y/o no ha fijado posturas clara sobre la materia. Esto debe terminar, se necesitan con urgencia políticas públicas y leyes para erradicar la homofobia y la transfobia".

martes, 17 de mayo de 2011

705 crímenes de odio por homofobia en México

Entre enero de 1995 y junio de 2009, en Méxicose han cometido 705 crímenes de odio por homofobia, reveló la más reciente edición del Informe de Crímenes de Odio por Homofobia, elaborado por la organización civil Letra S y presentada en la conmemoración del Día Internacional de Lucha contra la Homofobia.
 
De acuerdo con el documento, presentado en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, (CDHDF), 605 asesinatos han sido cometidos en contra de hombres, 22 en contra de mujeres, y 78 contra personas transgénero o transexuales. Una proyección nacional de los datos obtenidos en los 11 estados de la República donde más crímenes se han cometido indica que en el ámbito nacional se han asesinado a 2 mil 51 personas por tener una preferencia sexual distinta a la heterosexual.
 
Las entidades en donde mayor número de crímenes se han cometido son Distrito Federal con 196, estado de México con 91, Michoacán con 77, Nuevo León con 53, y Jalisco con 37.
 
Alejandro Brito Lemus, director de Letra S, mencionó que es importante que las instituciones públicas retomen el tema de la homofobia porque durante muchos años se pensó que no era un tema de interés para la sociedad.
 
Sin embargo, el también periodista añadió que en este rubro no ha habido muchos avances en el país a pesar de las modificaciones hechas al Código Civil del DF y de la implementación de algunas campañas contra la homofobia, ya que datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010 señalan que 44 por ciento de las personas no aceptaría vivir con una persona homosexual, cifra que apenas se redujo un 4 por ciento con respecto a la dada a conocer en 2005, que era de 48.5 por ciento.
 
Por otra parte, José Antonio Guevara Bermúdez, secretario de Vinculación con la Sociedad Civil e Incidencia en Políticas Públicas de la CDHDF, informó que de enero de 2009 a diciembre de 2010 se presentaron ante ese organismo 93 quejas presuntamente violatorias de derechos humanos a miembros de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, transgénero e intersexual (LGBTTTI).
 
La Subdirección de Información de la CDHDF en 2009 reportó 36 quejas y otras 57 en 2010, con un incremento de 58 por ciento en cuanto a incidencia de violaciones a los derechos humanos de las personas LGBTTTI. El derecho humano más vulnerado fue el de igualdad ante la ley y no discriminación con 50 quejas.
 
Rosalinda Salinas Durán, segunda visitadora de la CDHDF, reconoció que a pesar de que el organismo ha emitido recomendaciones en específico a los centros penitenciarios del DF para permitir las visitas íntimas a personas no heterosexuales y ha sugerido la elaboración de manuales para brindar atención en específico, no se ha realizado acción alguna.
 
Por otra parte, Aidé García, coordinadora de Relaciones Interinstitucionales de Católicas por el Derecho a Decidir, Alejandro Brito y la CDHDF, condenaron los asesinatos del activista gay de Guerrero, Quetzalcóatl Leija Herrera y de la activista transexual de Puebla, Bárbara Lezama, ocurridos durante la primera semana de mayo, y exigieron a las procuradurías locales su pronto esclarecimiento.
 
A su vez, los panelistas pidieron al Estado mexicano reconocer al 17 de mayo como Día Nacional de Lucha contra la Homofobia, en rechazo al emitido hace un año por el gobierno de Felipe Calderón, nombrado Día de la Tolerancia y Respeto a las Preferencias
 
 Recuperado de:
http://www.notiese.org/notiese.php?ctn_id=4902